Historia de la publicidad & la gráfica mexicana, calendarios publicitarios.
La publicidad es un arte realmente ancestral; prueba de ello es el papiro de Tebas (Egipto), que tiene más de 5,000 años de edad (3000 A.C.), conservado en el Museo Británico de Londres y que es considerado por muchos el cartel publicitario más antiguo del que se tenga registro.
Pero ¿Por qué es relevante este dato? Bueno, porque la publicidad cambia constantemente, por los avances tecnológicos, cultura, moral, religión y todas esas pequeñas variables que hacen de la humanidad un laberinto difícil de descifrar.
Al término de la Segunda Guerra Mundial (1939 – 1945) la sociedad norteamericana comenzó a crear imágenes de fantasía en las cuales ilustraba a la mujer “de regreso a la cocina”, esto, más allá de la connotación machista que ahora podríamos detectar, fue considerado en su tiempo la manera de devolverle la feminidad perdida a todas las mujeres que se encontraban realizando trabajos típicos de hombres, pero vacantes gracias a la enorme demanda de soldados masculinos, así, se exaltó de nuevo el rol de la mujer como madre y esposa que dejaba atrás su activa participación laboral como enfermera, secretaria y profesionista.
Sobrevino entonces una galería de instantes cotidianos, la vida en pareja, padres e hijos; obras donde por primera vez se retrataron las clases medias y su entorno inmediato familiar, estos formatos únicos también tuvieron eco en México.
Con el nacimiento de una nueva generación de artistas, los hogares mexicanos se llenaron de temas patrios, históricos, familiares y evocadores de una nueva belleza mexicana, a través de un nuevo medio: El calendario publicitario.
Jesús de la Helguera, Eduardo Cataño, Ángel Martín, José Bribiesca, Humberto Limón y Aurora Gil, son solo algunos de los grandes exponentes de esta increíble expresión artística que sirvió para decorar los mensajes publicitarios de nichos de mercado como el cervecero, de abarrotes, neumáticos, vino, cigarros y alimentos con temas como heroínas, dioses, guerreros de torso musculoso, doncellas de piel morena de rasgos idealizados y francamente europeos y leyendas prehispánicas.
Uno puede maravillarse por el increíble detalle que se puede observar en estas piezas publicitarias que, son en opinión de muchos, inspiración para que la Comisión Nacional de libros de texto gratuitos (creada en 1959) encargara a estos maestros la ilustración de las imágenes patrióticas que durante décadas llenaron las papelerías en forma de monografías y posteriormente en manos del Jorge González Camarena poblaron las carátulas de los libros de texto gratuito.}
El Museo Soumaya exhibe de forma permanente una muestra inédita de mil quinientas obras sobre los procesos industriales del cromo: óleos, fotografías, vidrios, acetatos, láminas de impresión, maquinaria, impresos; amén de los entrañables testimonios orales recogidos entre los artistas y trabajadores de la que fuera la gran época de calendarios del siglo XX.